Los medicamentos que se han de almacenar a temperatura ambiente, necesitan que los guardemos en un ambiente limpio, seco y fresco.
Las condiciones ideales son las siguientes:
- Lugar con temperatura no superior a 25ºC ni inferior a 15ºC.
- Humedad menor del 75%.
- No exposición directa a la luz solar, ni a luz artificial (bombillos).
La cocina o el baño no son zonas adecuadas para su almacenamiento ya que son lugares húmedos y donde se pueden alcanzar variaciones de temperatura elevadas que pueden afectar a la composición de los medicamentos, convirtiéndolos en ineficaces o tóxicos.
Los medicamentos que necesitan guardarse en nevera, se han de mantener habitualmente a una temperatura entre 2ºC y 8ºC. El lugar más adecuado es aquel que se encuentre más protegido de la humedad y que impida que se congele el medicamento (por ejemplo en las bandejas que se encuentran en la puerta de la nevera), proceso que podría comprometer su eficacia. Cuando se dirija al dispensario para reclamar el medicamento refrigerado no olvide de llevar un recipiente termolábil (cava de icopor, o recipiente que conserve el frio) con geles refrigerantes para que le puedan dispensar.